Los dos hombres aparecieron de la nada, a unas yardas de distancia en un estrecho sendero, iluminado por la luna. Durante un segundo todavía estaban quietos, y sus varitas señalaban cada una al pecho del otro: después, reconociéndose, guardaron sus varitas bajo sus capas y se pusieron a caminar, paso a paso, en la misma dirección.
"¿Novedades?", preguntó el más alto de los dos.
"La mejor", contestó Snape.
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