¿Hay vida después de Harry Potter? No sólo su creadora, la escritora J.K. Rowling está preguntándose esto –aunque todo parece indicar que seguirá la saga con una nueva generación de magos o con el recién revelado pasado sexual de Dumbledore–, sino también Daniel Radcliffe, quien con Un verano para toda la vida busca continuar su separación de Potter.
Como Maps, Radcliffe es uno de cuatro huérfanos australianos que comparten haber nacido en el mes de diciembre, lo que de alguna forma los ha convertido en familia. Así, se muestran muy felices y agradecidos de que la orden religiosa que dirige su orfanato decida mandarlos juntos de vacaciones. O al menos eso es lo que Maps, el mayor, y sus "hermanos" Spit (James Fraser), Sparks (Christian Byers) y Misty (Lee Cormie) creen.
La realidad es que, al visitar el hogar de un benefactor (Jack Thompson) del orfanato, alguno de ellos pueda ser adoptado. Una situación que también podría producirse con otro habitante de la ciudad costera a la que llegan, un artista de circo que hace piruetas con su motocicleta.
Mientras Spit, Sparks y Misty se pasean por la playa, sueñan con atrapar a un famoso pez, ven fotos de mujeres con poca ropa y hasta uno de ellos ve a la Virgen María, al tiempo que hacen todo lo posible por ser el elegido para la adopción; Maps inicia un coqueteo con Lucy (Teresa Palmer), una joven de la localidad, con quién eventualmente tiene su primera experiencia sexual.
Además de situarse la historia en Australia en los años 60, lo que le da una atmósfera nostálgica, la cinta no oculta que intenta capturar el paso de cuatro jóvenes de la inocencia a la madurez. Pero lo hace de forma mezclada, ya que mientras el cambio en Maps es más realista, el de Misty, quién funge también como narrador, tiene elementos fantásticos que hace que las historias armonicen entre sí.
Potter y Radcliffe
Un camino complicado ha tenido que recorrer el actor debido al peso social y cultural de su personaje. La primera colisión llegó a principios de año, cuando el londinense de 18 años decidió hacer su debut teatral en Equus, el famoso drama de un joven trastornado que mantiene una relación poco saludable con un grupo de caballos.
Los padres de los jóvenes fans de Radcliffe/Potter se escandalizaron por ver al rol modelo de sus hijos en un papel como ese que requería además un desnudo frontal. Pero, más allá del morbo que despertó, la crítica especializada aplaudió su actuación, la cual, por otra parte, se interpretó como un claro intento de alejarse de Potter.
Algo que también se puede afirmar de Un verano para toda la vida, su primera película desde que inició la saga mágica, donde pierde su virginidad en pantalla, un hecho del que ya se había reído al interpretarse a sí mismo en la serie Extras de Ricky Gervais.
¿Una sombra eterna?
Su siguiente proyecto, My boy Jack sobre el hijo desaparecido del escritor Rudyard Kipling, un drama de época para la televisión británica, probablemente sea visto como menos arriesgado. Pero, lo cierto es que hasta que no se estrenen las dos últimas películas del mago, Radcliffe no sabrá que le depara el futuro.
Financieramente ya es millonario, pero aún tiene que averiguar si el público y los productores de cine le permitirán romper con el encasillamiento. Eso, claro, dejando de lado la maldición de los niños actores.
Es de sobra conocido que la gran mayoría no consigue hacer la transición de niños a actores adultos, y aunque existen ejemplos célebres como el de Elizabeth Taylor, que venció la adversidad para seguir actuando hasta la vejez, o el caso más reciente de Drew Barrymore, su situación es diferente a la de Radcliffe, quién a los once años alcanzó notoriedad instantánea al ser seleccionado para interpretar a un personaje tan icónico como Harry Potter, admirado por millones de niños y adultos en todo el mundo.
Por lo pronto, mantiene una vida familiar y sentimental discreta, no se ha mezclado en escándalos y disfruta de asistir a partidos de fútbol, jugar con sus perros y escuchar música. En su filmografía sólo existe la saga Potter, El sastre de Panamá y esta nueva cinta, por lo que es difícil aventurar un juicio sobre su futuro como actor. Sólo resta esperar y ver si la sombra de Hogwarts desaparece de su vida profesional o permanece para siempre.
Más de Daniel
Daniel Alan Radcliffe Gresham Fecha nacimiento 23 de Julio de 1989 en Fulham, Londres Inglaterra Signo Zodiacal Leo Mide 1.68 cm, ojos azules Hijo de Alan Radcliffe, agente literario, y de Marcia Gresham, directora de reparto Mascotas: 2 perros border collies (Binka y Nugget) Libro Favorito¨: Harry Potter y La Cámara Secreta Hobbies: ver Los Simpsons, futbol y videojuegos.
Curiosidades:
Es el adolescente más acaudalado de Inglaterra, por encima de los hijos del príncipe Carlos. Puede girar su brazo 360 grados. Actores favoritos Tim Robbins, Anthony Hopkins, Tom Hanks y Catherine Zeta-Jones Aspira a ser director A los 5 años inicia su carrera y participaba en obras de teatro
Debut en cine:
David Copperfield (1999), interpreta al gran ilusionista de niño, participó con Maggie Smith, con quien volvería a trabajar después en la saga de Harry Potter.
En El sastre de Panamá (2001) interpretó el papel de Mark Pendel, como hijo de Louisa Pendel, en la piel de Jamie Lee Curtis, quien durante esta filmación se enteró de las audiciones para la primera película de Harry Potter y le avisó.
Chris Columbus, encargado de dirigir la primera entrega de Harry, vio el trabajo de Daniel en la cinta de Copperfield y solicitó una audición, pero sus padres no lo permitieron porque consideraban que era un proceso agotador para su hijo.
Declaración:
Una noche Daniel escuchó a su padre contestar el teléfono: "Mi papá entró y me dijo que había conseguido el papel de Harry Potter. Lloré, estaba tan feliz. Me desperté a la media noche, y levanté a mi papá, sólo para asegurarme con él de que todo no era un sueño. Que yo realmente iba a ser Harry Potter" ha declarado Radcliffe.
Teatro
Estrena este año Equus y hace su primer desnudo demostrando que ha dejado de ser un niño.
Un verano para toda la vida Dir. Rod Hardy Con Daniel Radcliffe, Lee Cormie, Christian Byers y James Fraser
